Cómo me fue con "Searching For Sugar Man"

Sixto Rodriguez
Tal vez no sea la más experta en cine, tampoco en música, mucho menos en documentales pero seguramente llevo muchos años de mi vida aprendiendo y trabajando por y para la música, más que eso para llevarle a las personas historias que se transforman en cada entorno a su manera.
Ir a cine sola es una experiencia una maravilla, no sé por qué a muchos les parece vergonzoso, por qué no les gusta sabiendo que no hay nada mejor que la independencia y la libertad, de pagar su entrada, de pagar lo que quiere comer y sentarse tranquilo a disfrutar de una película como se le dé la gana.
Estuve a punto de verme “Searching for Sugar Man” en cuevana pero me contuve, después de oír tanto empeño, una entrevista muy bien lograda y una expectativa por parte de Alejandro Marín y su mesa de trabajo en “las mañanas x” de la cual soy fiel oyente esperé y busqué la única sala de cine en Cali que tiene en cartelera tal belleza audiovisual.
No había ni una imagen en la pantalla, solo un instrumento musical y la piel se me erizó, solo pude sonreír. La sala de cine solo tenía 7 personas, dos de esas éramos jóvenes, los otros cinco personajes eran tres señoras y un señor, de pelo blanco, ropa dominguera y sin ni siquiera un vaso con gaseosa o una caja de crispetas, estaban ahí sentados y yo a tres sillas de distancia solo los miraba tímidamente.
Sufro mucho cuando voy a algún sitio porque me distraigo con cosas minúsculas, me pasa desde que tenía 9 años justo después del terremoto en donde la mente me hace malas jugadas y se va a otros sitios y me toca esforzarme por llevar el hilo de lo que hago, veo, oigo, dialogo, en fin.
Tengo un punto claro donde A. Clarence me hizo hervir la piel, donde su soberbia me hizo sentir ira y dije “mucho hijo de puta”, pensé en mis amigos que hacen parte de la escena musical que dejan todo por su sueño y otros que han dejado su sueño por un todo.
Les doy la razón cuando dijeron que era tan irreal y tan bien contada la historia que uno duda en que sea real, y hasta donde tengo entendido si lo fue.
Si usted es melómano, si a usted le gusta ir a cine a decir que nada le gusta, si a usted le gusta los medios de comunicación social, si usted simplemente tiene ganas de saber cómo la vida de muchos se transforma a través de la música lo invito a ver “Searching for sugar man”
Seguramente va a sonreír como lo hizo el viejito que estaba a tres sillas mías, va a llorar como lo hice yo y como oír a las otras 6 personas hacerlo, si la ve me va a entender por qué.
Lo repito, no soy experta reseñando, vengo siendo experta en ser experta en casi nada. Seguro lo que hago y lo que sueño me ha llevado a transformar mi vida, y aunque para muchos en sus cabezas suponen que ha sido fácil no lo es, mi satisfacción seguramente es saber que durante tantos años he estado presente en la vida de no sé cuántas personas que me oyen día a día y que con cada una de mis historias y formas de hablarles sobre canciones las hagan suyas por el resto de sus vidas.

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